Si estás empezando un negocio, o tu empresa ha estado funcionando por un tiempo, proteger el negocio que has trabajado tan duro para construir, es esencial. Sin embargo, en la prisa de lanzar una “startup” y los desafíos cotidianos que conlleva, muchos empresarios descuidan este paso. Aquí hay seis cosas que puedes hacer para proteger tu negocio.
1. Selecciona la estructura de negocio correcta
Si eres dueño de un negocio de una sola persona, por defecto eres un propietario único. Muchas startups se adhieren a esta estructura de negocio porque es fácil, pero esa no es siempre la opción inteligente. El mayor riesgo de la estructura de propiedad única: No protege sus activos personales, por lo que si un cliente se enoja y le demanda, podría perder sus ahorros, su casa y cualquier otro activo que tenga. Para muchas empresas, especialmente aquellas con planes para crecer o reunir capital de los bancos o los inversores, una sociedad de responsabilidad limitada podría ser la mejor opción.
2. Busca ayuda legal
Lee sobre temas legales, obtén plantillas que puede personalizar para hacer sus propios contratos, y más. Pero mientras que estos sitios son útiles, a veces necesitas un abogado real, vivo. Para prepararte para esa eventualidad, habla con otros empresarios y colegas para ver si te pueden recomendar abogados que estén familiarizados con asuntos de pequeñas empresas. Tómate el tiempo para comparar abogados programando una entrevista con cada uno antes de contratarlos. La mayoría de las pequeñas empresas tienen presupuestos ajustados, habla con el abogado sobre las opciones de pago que pueden ser más asequibles para tus necesidades.
3. Consigue un contador
Un buen contador vale la pena el costo. ¿Tienes tiempo para mantenerte al día sobre los cambios en la ley de impuestos? Por supuesto que no, pero tu contador si. Los contadores pueden ayudarte con la estrategia para ahorrar dinero en impuestos, aconsejarte sobre la mejor forma legal de negocio para elegir, sugerir las mejores maneras de pagarse a sí mismo, e incluso ayudar con necesidades financieras personales. En las etapas de inicio, un contador puede ayudarte a evaluar costos de inicio, decirte si tus proyecciones financieras son realistas o no, y ayudarle a reunir toda la información que necesita.
4. Obtén un seguro comercial
Además del seguro de responsabilidad general, tu empresa también puede necesitar un seguro de responsabilidad profesional, a veces llamado errores y omisiones, si proporcionas servicios profesionales como consultoría o contabilidad. El estado puede requerir que consigas el seguro de compensación de los trabajadores si tienes empleados. Además de estos fundamentos, también es sabio considerar el seguro de vida del hombre clave en ti y otros empleados o socios clave, ciber-seguro en caso de un ciberataque o violación de datos, y seguro de interrupción del negocio para proporcionarle algunos ingresos si tu negocio se cierra temporalmente debido a un desastre. Busca un agente de seguros con experiencia en tu industria y pequeñas empresas que te puedan ayudar a crear la combinación correcta de cobertura.
5. Conoce a los nuevos clientes
Cuando los clientes o proveedores no pagan o pagan tarde, pueden dejar a tu empresa en una crisis de flujo de efectivo. Además, pasarás tiempo y esfuerzo tratando de pagar la factura. Para evitar este dolor, siempre realiza una revisión completa de crédito antes de empezar a trabajar con un nuevo cliente o proveedor.
6. Protege los datos de tu empresa
Las grandes empresas no son las únicas en riesgo de ataques cibernéticos. De hecho, las pequeñas empresas son objetivos tentadores para los hackers, ya que a menudo no toman medidas básicas de seguridad cibernética. Protege tu empresa respaldando los datos mediante una solución segura basada en la nube. Esto mantiene tus datos de forma segura fuera del sitio donde no puede ser destruido por un incendio o inundación. Después, prepárate con computadoras de nivel comercial y software antivirus e instala firewalls. Por último, pero no menos importante, entrena a tus empleados en técnicas informáticas seguras, como el uso de contraseñas fuertes.